lunes, 4 de junio de 2012

DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS







La Devoción al Corazón de Jesús se concreta en el Corazón de Dios;  no es una devoción a una imagen, como la que le puede tener mi madre por ejemplo a cierta Virgen de mi pueblo; sino que es una Devoción  que se centra en el núcleo de nuestra Fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón, con sus sentimientos y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida. 

Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido.
Es recomendable tener en casa o en el trabajo una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que nos ayude a recordar su gran amor y, a imitarlo durante todo el año.



·        ORIGEN DE LA DEVOCIÓN

Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden de la Visitación de Paray-le-Monial. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial por ella.                      
Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado. 
Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados.

Santa Margarita era una religiosa sencilla y humilde. Era una monja que jamás hizo público nada, de hecho las propias monjas de su comunidad no sabían de las apariciones que tenía del Señor.

Palabras del Señor a Santa Margarita: “He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor”.

Con estas palabras Nuestro Señor mismo es quién nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón… La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón. Son, pues, dos los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama; Reparación y Desagravio, por las muchas injurias que recibe, sobre todo en la Sagrada Eucaristía. El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él.

A veces se nos olvida que hay mucha gente que no quiere a Dios, que lo ofende, incluso que lo rechaza. Todos los pecados de injusticia, maltratos, pobreza,…. Todo esto ofende a Dios y El Señor sufre por ello. Por eso tenemos que reparar por nuestros pecados y los del mundo entero.

El ángel en las apariciones en Fátima les enseñó a los pastorcitos la siguiente Oración de Reparación:
“Dios Mío, yo creo, adoro, espero y os amo
Y os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.”

El Señor quiso con estas apariciones mostrarnos su humanidad. A veces tendemos a ver la Divinidad de Dios, pero no nos creemos su humanidad. Por esto, esta devoción es muy bonita porque nos muestra que Dios es todo Corazón. Que Dios ha tenido un Corazón humano como el nuestro, que latía y que late resucitado.
Gracias a que Dios se hizo hombre, tiene un corazón de hombre resucitado. Un Corazón de hombre que al mismo tiempo es Dios. Es muy bonito pensar que Dios tiene siempre los mismos sentimientos que yo ante el dolor, ante los problemas, y también se alegra ante las cosas buenas,… Por eso es una devoción muy esencial en nuestra vida de cristianos, porque trata de Corazón a corazón. Nos hace ver que Dios no es un Dios lejano.

Cuando alguien cercano a nosotros tiene dudas de fe, momentos de alejamiento del Señor por determinadas circunstancias, si le entramos por el Corazón es más fácil que esta persona entienda y vuelva al Señor; ya que la mayoría de estas crisis de fe, son crisis de imágenes de Dios: de un Dios que no me cuida, un Dios que me ha quitado el novio o novia, un Dios que me ha mandado una enfermedad, que no me cuida ni se preocupa de mí…, son imágenes que nos vamos creando de un Dios que es falso. Y cuando nos acercamos y entendemos el misterio de su Corazón cercano se nos caen todas esas imágenes de Dios y encontramos un Dios humilde, sencillo y que nos ama.

Esta es la Devoción grande y esencial de nuestra vida de cristianos que es recomendable que vivamos y que no nos pide nada especial por nuestra parte, sólo imitar el Corazón de Jesús que tanto nos ama y que incluso ha llegado a dar su vida por nosotros en la Cruz.
Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. 


[1]OFRECIMIENTO DIARIO AL CORAZÓN DE JESÚS
Ven Espíritu Santo, inflama nuestros corazones en las ansias redentoras del corazón de Cristo. Para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él por la redención del mundo.

Señor mío y Dios mío Jesucristo, por el corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu Santo sacrificio del altar con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de  hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino.

Te pido en especial:
Por el Papa y sus intenciones
Por nuestro Obispo y sus intenciones
Por nuestro Párroco y sus intenciones

[2] CANCIÓN: HAY UN CORAZÓN QUE LATE
Hay un Corazón que late,
que palpita en el Sagrario,
un Corazón solitario, que se alimenta de amor.
Es un Corazón paciente, es un Corazón amigo,
y camina en el olvido el Corazón de tu Dios.

Es un Corazón que ama,
un Corazón que perdona,
que te conoce y que toma, de tu vida lo peor
que comenzó esta tarea, una tarde en el Calvario
y que ahora desde el Sagrario
tan solo quiere tu amor.
                              
DECID A TODOS QUE VENGAN A LA FUENTE DE LA VIDA
QUE HAY UNA HISTORIA ESCONDIDA, DENTRO DE ESE CORAZÓN.
DECIDLES QUE HAY ESPERANZA, QUE TODO TIENE UN SENTIDO


 
QUE JESUCRISTO ESTÁ VIVO, DECIDLES QUE EXISTE DIOS.

Es el Corazón que llora en la casa de Betania
el Corazón que acompaña, a los dos de Emaús,
Es el Corazón que al joven rico
amó con la mirada,
el que a Pedro perdonaba
después de la negación.

Es el Corazón que lucha
en el Huerto de los Olivos,
que amando a sus enemigos hizo creer al ladrón.
Es el Corazón que salva
con su fe a quien se le acerca,
que mostró su herida abierta
al apóstol que dudó

Nazaret Madroñal


[1] Ofrecimiento Diario que es bueno acostumbrarnos a hacer todos  los días, para empezar el día en las manos del Corazón del Señor.
[2] Canción a la que Antonio hizo referencia en la charla.

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