jueves, 22 de marzo de 2012

Una visita inesperada,...

Contra todo pronóstico...

Otro viernes más,... ¡y ya van unos cuantos!, nos juntamos en la Capilla del Adoremus para profundizar en nuestra fe, pero,...¡¡¡ sorpresa!!!! no seguimos hablando,debatiendo,preguntando,comentando la Carta apostólica Porta Fidei (no conseguimos terminarla!!!en el fondo es buen síntoma) sino que tenemos el placer de contar entre nosotros con el testimonio de dos jóvenes seminaristas diocesanos.
 
Pasados los cinco minutos de timidez inicial pronto la conversación surge de forma natural, espontánea y entre risas,preguntas,y respuestas,algunas verdaderamente reveladoras e interesantes
vamos descubriendo la vida de estos hombres,futuros sacerdotes de la Iglesia.Y es,eso precisamente, su condición de hombres, lo que más nos ayuda a conocer este misterio que es el sacerdocio.Totalmente alejado de estereotipos de superhéroes o místicos,nos encontramos con hombres de carne y hueso,con una historia real,en la que Cristo es el verdadero protagonista.
 
 
Divertidos, escuchamos como en un curso del seminario están solo dos compañeros("no tienen problemas para elegir al delegado"nos comentan).Su día a día,parece no tener fin, se levantan a las seis y media,mas o menos, porque a las siete ya tienen que estar en el Capilla; después como cualquier universitario, clases,muchas clases,horas de estudio,y a lo largo de la jornada, encuentros con Jesús,Misa, oración,lectura,rezo del rosario,etc.apenas tienen tiempo libre.  Y es,como ellos dicen para aprender que el día de mañana,cuando estén en sus respectivas parroquias no tendrán a nadie que les diga,que recen el rosario,que lean la Biblia,etc sino que deberán aprender, entre las rutinas propias e imprevisibles de su Magisterio, a organizarse.
 
Nos explican que hay momentos para vivirlos en comunidad. Asi, después de las comidas y cenas,se dedica un rato a estar "en familia"; como los fines de semana,marchan a distintas parroquias y conviven con los sacerdotes para ver in situ lo que les espera en el futuro. Con asombro escuchamos que viven "el silencio mayor",desde una determinada hora, silencio absoluto,para descansar el corazón en Jesús,acostumbrarse al silencio de su profesión. Cuando lleguen a su casa,no habrá nadie que les diga"que tal tu dia de trabajo??que quieres cenar??".También hay tiempo,,para el deporte, hablar de fútbol,tomarse unas cervezas,aunque esta última opción más bien solo los domingos,que es su día libre!!! Cómo a pesar de no ver tanto a sus familias y amigos se sienten profundamente cerca de ellos.
 
Con rubor nos cuentan su vocación,cómo la descubrieron y el camino que valientemente emprendieron hasta llegar al momento actual de sus vidas.Observamos alegría,alegría en sus rostros,en sus maneras de expresarse,una vocación de servicio y entrega a los demás que sorprende,no solo por su juventud,sino por la profundidad de sus palabras;hay coherencia en sus vidas,y eso es atractivo,gusta.
 

Nos piden oraciones,el próximo día 19 de Marzo es el día del Seminario,y pienso en tantos jóvenes que andan por ahí,buscando su camino ,sin saber muy bien que quiere Dios de ellos,en algunos casos huyendo(que humano!!). Me viene a la cabeza la historia de Jonás,y no deja de sorprenderme la mano de Dios,como nos toca el alma y nos va preparando para nuestra vida ,en los "SÍES" tan desprendidos y generosos,valientes y contra todo pronóstico de gente,como tú y yo,que deciden dar su vida al Señor,conscientes de sus limitaciones,de sus defectos, pero que por encima de todo confían plenamente en Dios y teniendo como referente el testimonio de nuestra Madre, la Virgen Maria ,responden con un precioso "hágase tu voluntad".Recemos por ellos.


Coral Vargas García-Pantaleón.

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