sábado, 28 de enero de 2012

“Vale la pena seguir a Cristo. El es el único que no defrauda”: Reliquia del Beato Juan Pablo II en Colombia


Resumen Documental Huella y Camino: 25 años después de la Peregrinación del Beato Juan Pablo II a Colombia

"Vale la pena seguir a Cristo. El es el único que no defrauda. A cada uno de vosotros Jesús os dirige una palabra que tenéis que meditar en el corazón para ponerla luego en práctica. El os llama y os envía. Respondedle con entusiasmo y decisión … ¿Aceptáis la misión que os encomienda? ¿Seréis testigos suyos y difusores de su palabra entre los demás jóvenes? ¿Os comprometéis a construir, desde el Evangelio, una sociedad más justa y fraterna? ¿Pondréis todo vuestro empeño en edificar la nueva civilización del amor?"; así se dirigío el hoy Beato Juan Pablo II a miles de jóvenes colombianos en un encuentro que ocurrió con ocasión de su viaje apostólico a la nación suramericana en julio de 1986.

Aunque han pasaso casi 26 años de la peregrinación del Beato Wojtyla por Colombia, sus palabras hoy cobran nueva vida gracias a la reciente visita de su Reliquia –una pequeña muestra de su sangre– al país, que ocurrió del 19 al 22 de enero. Miles de personas, entre ellas familias, comunidades religiosas, y especialmente jóvenes, desde tempranas horas de la mañana del viernes 20 de enero se dieron cita en la Catedral Primada de Colombia, en Bogotá, para venerar, así fuera por unos instantes, la Reliquia de quien fuera el gran promotor de las Jornadas Mundiales de la Juventud.


Reliquia del Beato Juan Pablo II en la Catedral Primada de Colombia

"La reliquia es muy importante porque tiene relación con la persona. Esta reliquia es un poco de sangre de Juan Pablo II (....) Al mismo tiempo es sigificativa: la sangre significa el don de sí. Él -Juan Pablo II- entregó todo de sí mismo por Jesús, por la Iglesia y por toda la humanidad. ¡Todo sí mismo hasta el último instante de la vida! Jesús, la Iglesia, la humanidad, lo estiman", diría el Nuncio Apostólico en Colombia, Mons. Aldo Cavalli, minutos antes de iniciar una solemne Eucaristía en homenaje a Juan Pablo II el pasado 20 de enero.

Tal como lo diría el Beato ese año 86, y según lo demostró también él con su vida, ¿Hemos aceptado la misión que Dios nos encomienda?, ¿Queremos ser sus testigos y difusores de su palabra entre los demás jóvenes?, ¿Daremos todo de nosotros para edificar la nueva civilización del amor?…

Sonia María Trujillo G.
Corresponsal Espíritu JMJ - Bogotá

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