El pasado Domingo tuvimos la suerte de reunirnos nuevamente el grupo de jóvenes de la Parroquia de la Concepción, a los que se nos unieron por primera vez, Ale y su novia Mamen, Carmen, y Jacob, este último fichaje aportando un toque internacional al grupo. ¡Bienvenidos! En esta ocasión hicimos algo muy bonito: rezamos todos juntos el Santo Rosario dentro de la Iglesia, junto a la imagen de la Virgen de Consolación.
Al ser Domingo, tocaban los Misterios Gloriosos, y para que fuera más participativo, nos dividimos los Misterios entre algunos miembros del grupo, que más adelante pasaré a mencionar.
Don Antonio nos hizo una introducción para explicar el origen del Santo Rosario y la transcendencia que ha tenido en nuestra historia.
Como explicaba Don Antonio en su email previo a la reunión, el Rosario no es una oración litúrgica sino devocional. Eso no es malo, sino algo muy bueno. Surgió como la oración de los sencillos que no sabían latín: el rezo de la gente corriente. Por eso, es muy variado. En Loreto (Italia), donde según la tradición los ángeles llevaron la Casa donde vivió la Virgen, comenzaron a rezar piropos, que después se extendieron a toda la Iglesia. De ahí el nombre de "lauretanas".
Se trata de una oración en forma de cadena que nos une al Señor en medio de la vida diaria. Oración de bolsillo, de paseos, de camino del trabajo, de viaje en bus, de agobios, de relax. Resumen del evangelio y piropo de cariño a nuestra Madre del Cielo.
A Santo Domingo de Guzmán, en el año 1208, en la capilla de Prouille, al sur de Francia, donde fue enviado para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia, la Virgen se le apareció sosteniendo un Rosario y le enseñó a recitarlo. Le dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.
La fiesta de Nuestra Señora del Rosario fue instituida por el Papa San Pío V el 7 de Octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla de Lepanto (1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del Rosario. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales de Venecia, Génova y España, y comandada por Don Juan de Austria, entró en la batalla contra los turcos, muy superiores en tamaño. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el Santo Rosario con devoción y al final resultaron victoriosos. Es por esto, también, que a partir de este día el Papa Pío V agregó a las Letanías el título de “Auxilio de los Cristianos”.
El primer Misterio Glorioso, La Resurrección del Señor, lo recé yo; después de la introducción espiritual y didáctica sobre el Rosario de mi paisano, Don Antonio.
El segundo Misterio Glorioso, La Ascensión de Jesús al Cielo, se encargó de rezarlo María; que ofreció el Misterio por todas aquellas personas cercanas, familiares y amigos, que ya dejaron este mundo y con los que nos encontraremos un día para unirnos al cuerpo de Cristo resucitado todos los que aceptamos su salvación.
María comentaba que el fundamento de la fe cristiana es, precisamente, la creencia en la Resurrección y Ascensión de Jesús al Cielo, que permanecerá con nosotros hasta el fin del mundo. Y que tendríamos que preguntarnos si tenemos una fe firme, y si confiamos en que existe vida después de la muerte, porque nosotros resucitaremos con Cristo que saldrá a nuestro encuentro al final de los tiempos.
Ya adentrados en el rezo del Santo Rosario, caí en la cuenta que sufríamos la notable baja de última hora de Raquel, para rezar el tercer Misterio Glorioso, La Venida del Espíritu Santo, que fue sustituida por Miriam para rezarlo; y que nos transmitió la revelación que Santa Faustina Kowalska había tenido por parte de Jesús: la repugnancia que le daba las almas templadas. Es por esto que Miriam ofreció el Misterio para que el Espíritu Santo nos convierta en almas valientes que no se avergüencen de Dios y demos a los demás el ejemplo que Cristo no dio a nosotros.
Sin embargo, la ausencia de Raquel, no nos privó de la meditación que le produjo el tercer Misterio Glorioso, ya que se había encargado de enviar sus pensamientos por email a Miriam para que nos los leyera:
"Después de la muerte de Jesús estaban los apóstoles encerrados en casa, con miedo a salir y con miedo a sufrir lo q Jesús había sufrido. Pensando si no se habrían equivocado, si no habrían seguido a un loco. ¿Nos hemos sentido así alguna vez? ¿Hemos experimentado ese miedo a la vergüenza, o no hemos tenido fuerza para dar la cara por algo y hemos dejado que otros se crucifiquen solos?
El Señor que tiene amor infinito por nosotros, les manda entonces el Espíritu a los apóstoles para darles entendimiento y valentía y para hacerles sentir que Él está con nosotros en todo momento. El Espíritu nos hace sentirnos protegidos, porque nos da el conocimiento de que Dios está con nosotros.
Os animo a que durante el rezo de este misterio le pidamos al Señor eso, entendimiento, q seamos siempre conscientes que Él nos mandó su Espíritu para protegernos y seamos valientes para anunciar su noticia de amor".
El artífice del rezo del cuarto Misterio Glorioso, La Asunción de la Santísima Virgen al Cielo, fue Antonio López. Nos comentó que La Virgen había sido el único ser humano en ascender en cuerpo y alma, por ser concebida sin pecado original, por lo que era un modelo de santidad a seguir. De ahí la reflexión de que por eso la Virgen está en los aspectos más cotidianos de nuestra vida, para inspirarnos.
A su vez, Antonio nos comentó que la bandera de la Unión Europea fue realizada según un boceto de Jean Monet, uno de los padres de la Institución. Como modelo utilizó el versículo del Apocalipsis donde se relata la Asunción de la Virgen como una ascensión con una corona rodeada de 12 estrellas. La bandera se aprobó el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, y dos días más tarde se inauguró un vitral en la Catedral de Estrasburgo con la Virgen coronada por las doce estrellas sobre fondo azul.
La Virgen, hasta en algo tan cotidiano como nuestro trabajo, la política en su mejor aspecto (la Unión Europea por lo que representa de paz y unión en la diversidad) y nuestra relación con los demás.
El ofrecimiento de este Misterio fue para que aumente en nosotros la fe, pero principalmente para que esas personas que quieren tenerla, pero no la encuentras, o incluso que no ven útil la fe, que puedan alguna vez encontrar a Dios a través de la Virgen.
El quinto Misterio Glorioso, La Coronación de María Santísima, tuvo una introducción muy especial a la par que emotiva: cantada. Ya que como decía el Beato Juan Pablo II, “quien reza cantando es como si rezara doble”. Era el turno de Ángela, quien arrancándose a cantar le regaló a La Virgen esta plegaria tan rociera:
"Señora, aquí me tienes de nuevo arrodillada, ante tu imagen divina,
como una niña asustada, que a su madre necesita,
vengo buscando el refugio que siempre encuentro en tu ermita.
Señora, eres la estrella que me guía en el camino,
cuando la noche está oscura eres rayo de luz,
que da respuesta a mis dudas, eres Reina y Pastora, tan humilde y tan pura.
como una niña asustada, que a su madre necesita,
vengo buscando el refugio que siempre encuentro en tu ermita.
Señora, eres la estrella que me guía en el camino,
cuando la noche está oscura eres rayo de luz,
que da respuesta a mis dudas, eres Reina y Pastora, tan humilde y tan pura.
No merezco tu amor y sin embargo me has vuelto a entregar
esa paz que mi alma, ya tenía perdida; cuando estoy ante Ti,
de nuevo alzo mi vida, cuando estoy ante Ti, cuando vuelvo ante Ti, amanece un nuevo día.
Señora, en tu mirada se refleja ese cariño que alimenta mi corazón,
convertiste mi tormenta en un día de eterno sol, me has devuelto la calma,
me has devuelto la ilusión.
Yo no sé que tendrán esta tierra y este cielo, que me tienen unido a Ti, que hacen que te lleve dentro; cuando estoy ante Ti, de nuevo alzo mi vuelo, cuando estoy ante Ti, cuando vuelvo ante Ti, aprendo a ser rociero".
Finalizados los cinco Misterios, Paula daba paso a esas tan preciosas Letanías que fueron naciendo de pensamientos de amor, de todos los miembros del grupo, hacia nuestra Madre durante toda la semana, hasta completar una retahíla de piropos extraordinarios como broche de oro para nuestro Rosario.
Santa María | evocadora de esperanza |
Santa Madre de Dios | sueño entrañable |
Blanca paloma | amparo en la soledad |
Carita Divina | misericordia infinita |
Madre nuestra | pureza ejemplar |
Estrella de la mañana | amor incondicional |
Dulce nombre | reflejo de bondad |
Madre entre las madres | alimento del alma |
Virgen de la Alegría | agua en el desierto |
Apoyo en las dificultades | roca firme |
Virgen guapa | ejemplo de lealtad |
Flor de las Flores | reina del perdón |
Madre incomparable | Lirio entre cardos |
Guía en las tinieblas | Madre protectora |
Abismo de pureza | Consuelo en la tristeza |
Esperanza Sublime | Quien en su vientre llevó al Príncipe del Amor |
Fuente de Amor | La más bella doncella |
Aliento en la desesperanza | Bella mujer bajada del cielo |
Consuelo en la fatiga | Cáliz de la Salvación |
Perpetua caridad | Reina de Sevilla |
Alma purificadora | Madre de España |
Corazón inabarcable | humildad poderosa |
Insaciable bondad | Virgen de Consolación |
La elegida por Dios | Virgen de la Concepción |
la que supo decir si | Virgen de la Paz |
la amada por dios |
Antes de empezar a escribir esta crónica, busqué la definición de Rosario, que significa “Corona de Rosas”. Nuestra Señora ha revelado a varias personas que cada vez que dicen el Ave María le están dando a Ella una hermosa rosa y que cada Rosario completo le hace una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, y así el Rosario es la rosa de todas las devociones, y por ello la más importante de todas.
Repasando la definición del Rosario -Corona de Rosas- me ha venido a la memoria una meditación a la que asistí hace varios años con un sacerdote de la Obra y que me gustaría compartir con vosotros. En aquella meditación nos hablaba de la Virgen María, y de cuánto le gustaba que le rezáramos el Rosario, y que, como también nos viene diciendo Don Antonio, aprovechemos cualquier momento para rezar el Rosario, aunque sea un Misterio.
Habrá muchos días en los que apenas prestemos atención a lo que estamos rezando (o lo recemos como hacen las abuelas en la Iglesia) porque tengamos la cabeza con preocupaciones o simplemente porque estemos distraídos. Incluso en esa situación a la Virgen le va a encantar que le recemos el Rosario.
Y recuerdo la comparación tan tierna que nos hacía. Es como si un niño pequeño corta una rosa para regalársela a su madre, pero por el camino a casa, se le cae al suelo y se le caen algunos pétalos, la roza, sin darse cuenta, por las paredes, y cuando llega a su casa la mayoría de los pétalos han desaparecido y casi sólo está el tallo. ¿Creéis que a la madre no le va a encantar el detalle de su hijo? ¿Acaso la madre no se va a emocionar con el regalo de su hijo? ¡Cuánto más nuestra Madre del Cielo! La Virgen sabe lo que nos ronda por la cabeza en cada momento, sabe perfectamente cuando no estamos demasiado “finos”, y, pese a ello, se emociona con el detalle que estamos teniendo con Ella, aunque algunas veces nuestra rosa sea “casi un tallo”.
Joaquín Cruz
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